12.11.2006

Cinco listas diabólicas y un cuento

Roberto Echeto




LOS OFICIOS RAROS:

• Trabajar en una televisora japonesa y ser constructor de maquetas para que Ultramán las destruya en sus peleas contra los monstruos.

• Trabajar como diseñador de pesebres en cualquier centro comercial.

• Trabajar como cuidador de baños de carreteras (que conste que este trabajo existe).

• Trabajar como presidente del «Club de admiradores de Tony Soprano, Capítulo Venezuela».

• Trabajar en «la Brigada quita grafitis» de la Alcaldía de Chacao.



COSAS ABSURDAS:

• Tener una piraña que se llame «Arnold» y llevarla al veterinario.

• Llevarle agua de mar en una botella a un enfermo.

• Que en un restaurante vegetariano inventen un t-bone de soya.

• Que María Antonieta De las Nieves todavía ande por ahí haciendo de Chilindrina.

• Hablarle a una mata de sábila.



CINCO BARBARIDADES UNIVERSALES:

• La construcción del muro en la frontera entre México y EEUU (que curiosamente van a construir obreros mexicanos).

• Quitarle el silenciador al carro para que suene más duro.

• Dormirse bajo la regadera.

• Meterse en el carro a dormir siesta.

• Comerse una olla de lentejas.

• Confundir a Johann Sebastian Bach con el inventor de Las flores de Bach.

• Echarle pólvora al café y salsa de tomate al arroz.



LOS MEJORES MOMENTOS DE LA NAVIDAD VENEZOLANA:

• Comer pernil.

• Ver borracho a tu abuelo.

• Ver cómo se las ingenian los adultos para que los niños no descubran quién es el Niño Jesús.

• Contemplar El Ávila en diciembre.

• Las familias que se pelean por culpa de las hallacas (o viceversa).

• Ir a gaitas, patinatas y fiestas donde te dan de comer y de beber gratis.

• No tener que trabajar porque a cada rato organizan un desayuno de navidad en la oficina.



CINCO PROMESAS QUE SE HACEN EN ENERO:

• Este año sí cae.

• Desde hoy hago dieta.

• Este año sí me voy a Canadá a estudiar inglés.

• De este año no pasa que nos casemos.

• Este año me pongo más tetas.



LA COLECCIÓN DE BROCHAS

En algún momento de su vida, Margot Chópite quiso ser una artista reconocida, pero poco a poco se fue dando cuenta de que no sabía dibujar ni tenía talento (ni paciencia) para mezclar colores. Sin embargo, Margot Chópite nunca perdió el gusto por los materiales artísticos. Así continuó visitando tiendas de arte durante toda su vida y en cada una de ellas compraba pinceles, espátulas, tarros de pintura, estuches de madera, rollos de tela, cajas de lápices, blocks de dibujo, etcétera, etcétera.

Margot Chópite se convirtió en la mayor coleccionista de pinceles del mundo entero y ahora los museos de Londres y Berlín se encuentran en franca disputa para ver cuál de los dos exhibe primero la colección de brochas de Margot Chópite, a quien consideran una artista sin haber pintado un cuadrito.

La moraleja de este cuento es que el arte se ha vuelto una actividad muy rara en la que no se sabe cuándo te puede llegar el éxito.

Y no olviden que las paredes duelen menos que los libros.

5 Comments:

Blogger carloszerpa said...

Entre las famosas promesas…Agrega estas mi querido Echeto.
1-la ultima y nos vamos.
2-Mañana te lo pago.
3-Este es el último cigarrillo que me fumo.
4-La puntita nada más.

11:18 a. m.  
Blogger carloszerpa said...

Roberto Echeto, quien me enseñó que en mi esquina hay siempre alguien dispuesto a cortarme el párpado en vez de tirar la toalla.

11:22 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

"Este año me pongo más tetas." ¿Cuántas? ¿tres, cuatro? llamenme una persona ortodoxa, pero me parece que las mujeres se ven bien sólo con dos.

6:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hay mujeres que se montan tetas sobre sus tetas.

Tetas sobre tetas es un título para una novela a publicarse en Anagrama.

Qué belleza.

9:47 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Dado su evidente interés por la literatura, me permito enviarle mi link, en el cual encontrará una novela publicada On Line. http://omarmesones.blogspot.com/

11:07 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home